jueves, 1 de agosto de 2013

Sentir

Y ella apareció en la tierra, así sin más, creció. Amó, aprendió, imitó y también sufrió....
Albergó en su vientre el secreto de algunos hombres, en noches de pasión y días de silencio.
Se perdió y volvió a encontrar mil veces. 
Creyó y dudó de si misma.
Nació para brillar, más le enseñaron a ser invisible. 
Puso la felicidad en decisiones de otros.
Puso su autoestima en la valoración de otros. 
Siguió caminando.
Siguió viviendo, aprendiendo y amando.
Hasta que un día en una hermosa Luna llena, entendió el secreto de ser Mujer. No estaba en la pareja, no estaba en la forma de su cuerpo físico, ni en otras banalidades de la vida.  
Entendió esa fuerza que le fue dada por el Universo.
Sintió su libertad más allá de cualquier horizonte.
Se rió y dejó al mismo tiempo rodar una lágrima.
Pero desde ese día nunca más estuvo sola.
Las estrellas fueron su lenguaje, y los elementos su alquimia.
Su cuerpo el templo, de donde la energía brotaba como manantial fresco.
Dejó de temer, dejo de esperar. Y en ese mismo momento su alma la cobijó y la hizo sagrada. 
Ella se entendió sagrada, parte del todo, de la naturaleza, del océano de la existencia y el universo. 
Su vientre sería su tesoro en donde cuidaría el milagro de la vida eterna.
Su cuerpo la herramienta para el diálogo con lo más sagrado que posee, su templo.
Su arte la expresión de su esencia. 
Su corazón la puerta hacia su propio misterio, que decidió cuidar como el diamante más preciado.
Ella se poseía a si misma.
Y desde ese estado salió al mundo.
Nació al mundo
Re-nació al mundo.
Libre, única, salvaje y sensible. 
Sin miedo y sin arrogancia.
Al medio. En el punto exacto de su femineidad.



Mujer Lobo

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No hay nada más importante que el Amor ❤

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